Escritos re-sueltos para el facebook


Por una narrativa de la deconstrucción pueril


 Después de un sueño que aún ronda en mi cabeza, he tratado de llevar las partes más simbólicas a la cotidianidad, como residuos astrales que flotan en la vigilia. A manera de llevar una disciplina, tal vez una historia universal del sueño, que los surrealistas muy bien habrían defendido, sino fuera porque ahora están en pleno apogeo del escepticismo comercial. Así que me dedico a escribir los míos, a veces, por falta de historias    que me atrapen en la vigilia o sólo desatenderme de mis devaneos histórico-sociales, si me preguntan: ¿dónde estoy? podría no estar entendiendo la pregunta- soy como los niñ@s, capturo unas cuantas historias en el aire. He intentado estructurarme filosófico-material, sico-dérmico-emocional o espíritu universal -¿qué sé?- de tantas cosas uno se pierde, si apenas las agarra, se pasa un tiempo comprenderlas. No es suficiente guardar reposo en casa de mi madre para escuchar del corazón sus prioridades metafísicas, yo sólo me excuso sin pretender un alto precio por mis razones, es el precio que uno se paga por falsearse o recrearse; yo elegiría más por la segunda, todavía me queda grandes sueños por escribir, años atrás soñé éste: “Acabo de verme una película colombiana que me enloda entre los muertos y la brutalidad, como si yo fuera una cucaracha almendrada en abulia académica, todo puede desaparecer, y así le pintan a uno, novelones gringos, a la manera paraco-burguesa. Las noticias de medio retumban en los hogares, en el mio, sentada con mis padres comiendo lentejas, si quiere más dice mi madre, repita: ¡lentejas, lentejas, lentejas…”;
Para estar informada del país sino es que en el barrio por la misma cuadra pasan acribillándose; el barrio se nos puso de historia, generaciones encima pérdidas en la droga y la mafia. Me gusta escribir sueños, pero esta percepción de la realidad ningún Walter Benjamín consentiría de pesadilla kitsch.  Hay matones y cajones para que suene repetitivo el balance de impresiones.
Pero, ¿quién me va a decir que estamos dentro y fuera simultáneamente del vacío y de la muerte?, ¿o quiénes van a curar, solucionar, o llenar las páginas perdidas de la misma historia? Pasan muchas mañanas en las que no recuerdo nada.

A partir de ver el sueño: recreo o medito. No siempre va conmigo eso de llevar en ayunas el alma para encontrarse consigo mismo, si esa es la mayor recreación, decía un amigo Caicedo: “no hay mejor opiáceo que la soledad de nosotros mismos
¿Quién quiere ser Jhon Malkovic? no entiendo nada de lo que quieren decir aquí, darse un paseo dentro de uno mismo como un desconocido, es como navegar horas enteras en el facebook para ver nuestro propio perfil.
 ¡Dame más el día de hoy! llevo tiempo pescando silentes ideas en la red. 
Y hablaba de sueños, tú me vienes con astros de gris pensamiento, si hay alguna diferencia entre mi mundo y el del resto, ¿no es porqué ya hay unos otros viviendo la vida que por ende me pertenece?  Y alguien me hablaba de brillante… ¿De qué? ¡De sueños! una voz atrás de los ojos replica, ¡De sueños! Carolina, ¡De sueños! 





Antes de nacer

Los primeros poemas que escuché en mi vida fueron de mi madre, cuando estaba en su vientre. En ese momento, los sonidos agudos y las pulsaciones en el vientre sonaban a muelle abandonado.
Sí. Había nacido entre familia de hombres, mi madre le faltó “dos huevos pa ser uno” como dicen popularmente, por no decir: tiene “los ovarios bien puestos” Recuerdo que cuando veía la tele, me gustaban los papás nobles y pobres, de esos señores que veía en televisión haciendo de portero o carpintero, de buena corazonada.
-Ésta escribe además los rencores, parece etnógrafa la idiota. Grita mi conciencia-
Yo tengo fe que todo cambiará… que triunfará por siempre el amor, la luz de la esperanza no se apaga… tengo ilusión.  Murmuran en mi interior el coro de mujeres antecedidas a mi intención de reivindicar cada frase que escribo. ¿Cuáles mujeres?- Pregunta el lector, porque se da cuenta que lo ando despistando, pues las que siempre había escuchado cerca, no sólo con rosario, sino con hijos o trabajo, de las mismas del pan de cada día. Suenan a Espíritu Santo.  
En el año de 1940, Pereira era un pedazo de pueblo, no sé si para entonces era tan popular decir “la ciudad de las puertas abiertas”, pero en ese entonces, mi abuelo con su procedencia mexicana, junto con su arte fundó su familia. Era ese emigrante de dudosa procedencia, vino sin más que la palabra y el trabajo.
Entonces, mi abuelo bibliófilo, antiguo pintor de la iglesia católica de Genova. De México -“el cabrón”- y muy filósofo. Terminados sus estudios en Ecuador recibió la tradición de un último restaurador ecuatoriano y la experiencia de la guerra pasada entre Ecuador y Perú por tema de territorios… sombras nada más que le confirió su nomadismo.
-¿justificarme ante alguien?- son gajes del oficio literario.
Siguiendo la luna no llegaré lejos… Suena en la emisora como pa entonar. Pero se puede uno asombrar en los posters que aparecen en el facebook todos los días, no se cuantas lunas por demás.
En este caso particular, mi cariño: ¡No llores más! Esto parece verdad para mí. Ocultarse detrás de la censura, y se permite a demás decirlo todo para mi…

Carolina Hidalgo
Colombia

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